Unas semanas antes de nuestra partida cambiamos el destino. Al principio se pensó en viajar por Colombia y preparamos un recorrido por ese país, se localizaron las motos y se pusieron fechas. Pero unas 5 semanas antes cambiamos de planes, es lo bueno que tienen en la actualidad la preparación de estos viajes, y la experiencia que tenemos acumulada. Puedes prepararlo todo en mucho menos tiempo que hace años. Así que como en el 2007 llegamos a las cataratas Victoria pensamos que podía ser interesante visitar las cataratas de Iguazú y así poder comparar unas y otras. Además tras los fríos del año pasado en Nueva Zelanda no vendría mal hacer un viaje por lugares que, además de calor, no corriéramos el riesgo de tener excesivos días con lluvia.

 EL  VIAJE

Nos pusimos a la tarea, localizamos motos, preparamos un itinerario atractivo, buscamos vuelos y listo, en  15 días todo preparado. Nuestro viaje comenzaba en Buenos Aires, donde nos esperarían   las motos, cruzaríamos el río dela Plata hacia la ciudad uruguaya de Colonia de Sacramento. Viajaríamos por el interior hasta la frontera brasileña, ya en es este nuevo país tomaríamos rumbo este hacia la costa, Florianópolis y sus playas serían un buen punto para un rápido descanso.

Y luego de nuevo hacia el interior, dirección oeste y después de pasar por Curitiba y la selva  del Paraná, llegaríamos a Iguazú. Un par de días para conocer las cataratas y luego entrar en Argentina. Ahora conoceríamos la bonita región de Misiones e iniciaríamos nuestro regreso a B. Aires donde, si todo iba según lo previsto, una vez entregadas las motos, antes de regresar a España, todavía tendríamos algunos días para conocer la ciudad.

En total serían un poco menos de 4.000 kmy unos 16-17 días para realizarlos, con lo que afortunadamente no tendríamos etapas maratonianas de cientos de km. y de este modo podíamos disfrutar más del viaje. Hace tiempo de dejamos atrás esa fase de todo viajero en moto en que parece querer acumular miles de km en un solo viaje, en el menor número de días posible y pisar el mayor número de países…lo que, a nuestro entender, hace que se pierda parte de la esencia de todo viaje, aunque como digo siempre, cada uno viaja como quiere, puede o le dejan…Todo esto eran sólo planes, luego veríamos si nada nos impedía realizarlos…

Este era mi tercer viaje por sudamérica, y desde el primero, en el 2006, pienso que es una zona ideal para el moto aventurismo y muy especialmente para los españoles. Aparte de la gran variedad de paisajes, el compartir culturas muy similares hace que todo sea más fácil, y gran parte se basa el entendernos en el mismo idioma. El contacto con la gente es, sin punto de comparación, mucho mayor que viajando por cualquier otra zona del mundo. Y mientras viajas por allá “refrescas” muchas palabras que aquí hemos ido dejando en el olvido, o sustituido por otras que además no corresponden a nuestro idioma. Un ejemplo de libro, la señal de “Stop” que vemos en cualquier carretera, allí figura “Pare” que se entiende perfectamente ¿no?.

Y lo mismo pasa con otras muchas, el ómnibus, la pileta, los anteojos, la aeromoza, el matafuegos…o con esta de la señal de la foto siguiente que es una de mis preferidas.

Los culebrones que ponen en cualquier canal de Tv son estupendos para este tema del idioma. Imaginar la siguiente escena de una de estas tele-novelas, dos jovencitas que se disputan al mismo chico, una muy guapa, maquillada y con vestido ajustado, la otra todo lo contrario, y la primera va y dice, enfatizando mucho sus palabras y con marcado acento argentino, a la segunda:

– Mirame y enterate de una vez, yo soy caviar y vosss sos mortadela…

A veces aunque usemos el mismo idioma los distintos usos que se dan a las palabras pueden causar alguna confusión. Una mañana, mientras desayunábamos, eche un vistazo al periódico, titular en grandes letras: Barrio de la ciudad de Posadas lleva 3 días sin fluido eléctrico. La causa ha sido un vecino que se colgó de los cables. Claro yo lo primero que pensé «pobre hombre, cómo quedaría su cuerpo» y seguí leyendo…el autor ha sido detenido y declaró a la policía que…. «Anda, pero si está vivo». Lo de colgarse de la red eléctrica venía a significar que el hombre había hecho un enganche ilegal de su casa a la red general y eso había sido la causa de la avería, no que el hombre se hubiera suicidado colgandose de los cables

En cualquier caso un viaje en que íbamos a encontrar ciudades, paisajes, naturaleza y sobre todo mucha gente amiga

 

LAS  MOTOS 

La empresa Rentamoto (http://www.rentamoto.com.ar) tiene un buen surtido de Bmw´s y por eso decidimos alquilar con ellos. Como en casi todos los viajes las escogidas fueron 2 650 GS mono, las conocemos de sobra, tienen una mecánica sencilla, son cómodas, para viajar una sola persona tienen buena capacidad de carga, te llevan donde te lleve otra de mayor cilindrada, y, esto es importante cuando el viaje es en dos motos, sus tarifas son más baratas. Tras unos cuantos mails con Julieta llegamos a un acuerdo en el precio, que por cierto, y debido a las restricciones de importaciones en Argentina, es algo más alto que en otros países, también porque aquí el equipamiento (las maletas) no están incluidas en la tarifa, se paga aparte. Al final, entre unas cosas, y otras se pusieron en casi 100 $ diarios cada una, incluyendo el permiso para viajar por Uruguay y Brasil, que al ser Mercosur, igual que Argentina, sube muy poco.

Antes de empezar el viaje ya comienzan los cambios. Unos días antes de la salida recibo un mail de Julieta: “Oye Jaime, ¿te importaría que a ti en vez de darte una 650 te demos una 800 GS…“, mi respuesta estaba clara “ningún problema por mi parte, siempre que no me cueste más dinero…”.

Así que la tarde del 22 de noviembre recogíamos en la sede de Rentamoto una 650 GS para Conchi y una  800 para mi. Nada más arrancar Conchi ya me dijo que el embrague de su moto no iba bien, que estaba muy duro. Llevamos las motos al hotel y al llegar Conchi me lo volvió a decir, así que para evitar males mayores me fui a probar su moto  por las calles de alrededor de nuestro hotel. Dos cosas me quedaron claras, que el tráfico a media tarde por el centro de B. Aires es una pesadez y…que Conchi tenía toda la razón, aquel embrague estaba tensado al máximo, la maneta durísima y si lo destensaba no entraban las marchas. Una llamada a Julieta y quedamos que a la mañana siguiente iríamos a cambiar la moto de Conchi por otra. Como no tenían disponibles más GS monocilíndricas la darían una bicilíndrica.

Un pequeño comentario acerca de las motos. En el corto trayecto hasta el hotel ya me di cuenta que la 800 iba a ser una buena compañera de viaje, buena postura, mandos suaves (la moto tenía menos de2.000 km), buen motor y…no vibraba nada. Desde que vendí la K75 S, allá por 1.998, las motos con las que he hecho viajes han sido  distintas Bmw con motor boxer, la Harley con la que viajamos por USA, y monoclíndricas de más o menos cilindrada…es decir todas motos que vibraban en mayor o menor medida, así que esta GS 800 me devolvió sensaciones ya olvidadas. Tantas que durante el viaje estaba decidido a que mi regreso lo mismo hasta cambiaba de moto…por suerte, a la vuelta y pasado el primer calentón, deseché la idea, al menos de momento. Había leído que mucha gente se quejaba de la dureza del asiento, como nuestras etapas no fueron muy largas, la que más no llegó a700 km, a mi no me resultó tan incómodo, aunque es cierto que en un viaje así haces bastantes paradas.

Y Conchi también ganó con el cambio, según ella había ciertas diferencias con la GS que usa habitualmente. Más aceleración, menos vibraciones, y a pesar de tener más peso, una vez en marcha tiene una mejor manejabilidad. A nivel estético lo que menos la gustó fueron las llantas de palos. Y las veces que nos cambiamos las motos a mi me resultaba un poco “cabezona” (por Dios la Gs, no Conchi) quizás porque el manillar me quedaba un poco bajo.

Las motos no dieron ningún problema grave, solamente un par de cosas en la 650, de vez en cuando algún fallo con el marcador de combustible y la rotura de un cojinete de la rueda trasera cerca de Curitiba. La moto tenía sesenta y tantos mil km y más de un viaje a Ushuaia en su haber, así que lo del cojinete tampoco fue tan extraño.

POR  ARGENTINA

 

Algunos comentarios previos

Recorrer la Ruta40, bajar a Ushuaia, subir a Iguazú, cruzar la Pampa, compartir un asado…son cosas que en una u otra medida harás en tu viaje por Argentina, pero hay otra que también es ineludible, tener largas charlas con la gente. El argentino es buen conversador y además le encanta hacerlo a la menor oportunidad. En los noticieros de la Tv cada noticia tiene una duración que viene a ser como mínimo 3, 4 ó 10 veces más que en España. Dan todos los detalles de la misma y a veces, aunque el suceso revista una cierta gravedad (robos, agresiones, accidentes…) su presentación es cuando menos distinta a la que se da por aquí. Visto en un canal argentino, un reportero entrevista a una mujer que ha sido agredida por su exmarido en su propia casa. La mujer presenta algunas heridas en la cara y empieza a relatar con todo detalle los hechos y las circunstancias, lo que hacía cuando sintió como el hombre entraba por una ventana, los insultos que la decía, que parecía haber «tomado» mucho (que estaba bebido), como fue hacia ella con un palo en la mano…el reportero la interrumpe:

-Perdone, el madero ¿qué longitud aproximada presentaba?

-No sé, era grande, quizás un metro o más. Con el me amenazó y después me golpeó acá, en el brazo, mire, mire… (la mujer por supuesto se levanta la manga para enseñar las marcas). Mientras me insultaba y pegaba, yo me cubría la cara…

Y nueva interrupción…

-Entonces, el madero podemos decir que era de un tamaño considerable, no era una varita ¿no?, ¿tenía sección cuadrada o era cilíndrico?.

-Era cuadrado, similar a la pata de una mesa o así. El caso (continua la pobre mujer) que me golpeaba, yo me defendía y hasta pude arrebatarle el palo, pero él tomó una botella …

– ¿un envase grande? ¿de esos opacos de 1 litro en los que viene la cerveza?

La mujer no se inmuta por esta nueva y extraña interrupción, le contesta y sigue relatando

Después de varios minutos de entrevista y de detallar todos y cada uno de los hechos de la agresión, cuando ya parece que la entrevista muere y no puede dar más de si, y la mujer no tiene ya nada más que contar, el reportero, no contento, vuelve a la carga:

-Por lo tanto, y según los hechos que nos ha relatado, ¿ vos creeis que su su exmarido es un hombre agresivo?…!!!

El agresor rompe un cristal, entra por una ventana, con una media cogorza encima, la insulta, la pega con un palo, con una botella…la hace un montón de heridas y todavía pregunta el de la Tv que si el exmarido es agresivo ???

La educación y las buenas maneras no están en desuso como en otros sitios, esperando el ascensor, o a la puerta de un sitio, cualquiera que llegue te saluda de buena gana. Si entras en un bar, o te sientas en una terraza, no está bien eso de decir solamente: “Hola ¿nos pone dos cervezas?”. Lo mínimo es decirle al camarero algo así:

– “Buen díaaaa ¿cómo le va mozo? ¿todo bien? Parece que hoy va a hacer calor (lluvia, frío…)¿es que no podría servirnos unas cervezas?

Luego está el tema de ser español, cosa que siempre ayuda, al menos en nuestro caso, para que pongan toda la atención cuando preguntas cualquier cosa. Tomas un taxi, vas a la gasolinera…y casi seguro que alguien te dirá: “ah, de España, mi papá (o mamá) era de allá, de un pueblecito de Pontevedra (o Málaga, Cáceres, Madrid…)” o que tiene un hijo, hermana o cualquier otro pariente viviendo en España…y ya está abierta la conversación. Y si está tiene derroteros políticos más vale que tengas tiempo por delante y no tengas prisa por seguir tu camino…En Argentina hay todavía muchas antiguas heridas de la época de la dictadura  por cerrar, y el tema político a la orden del día.

Y de la época actual qué decir. Durante nuestra estancia estaba en pleno auge el debate sobre una nueva ley de medios de comunicación. La versión que nos llegó era que el gobierno quiere impedir la libre distribución de información por parte de los grandes grupos (Clarín y La Nación principalmente). Para ello echaron mano a una ley de hacía no sé cuantos años, al ser ésta inconstitucional se han inventado otra, por la que ninguna empresa puede comprar al año más de X toneladas de papel, de este modo intentan que los grandes periódicos no puedan distribuirse por todo el país. O que la señal de Tv o radio de medios privados no tenga más de X km. de cobertura. Por este debate ,y otros, la vida política estaba un poco agitada y fuimos testigos de una de las más grandes manifestaciones de fervor popular hacia su presidenta y su partido, organizada y pagada (la información que nos dieron era que a cada asistente, aparte del viaje y el bocadillo, le entregaban el equivalente a unos 20 euros en metálico) por el Gobierno, claro está. La avenida 9 de Julio se convirtió durante todo el día en una marcha continua de gentes hacia la Plaza de Mayo, y como es lógico dando vivas a Cristina.

Hablando de pasta (no sé porqué al hablar de Cristina F. de K. me ha venido esto a la cabeza), si estás de viaje por aquí, a la hora de cambiar dinero tienes dos opciones, el cambio legal y el mercado negro. Desde luego que la segunda opción es más ventajosa, en un banco nos daban 4 pesos y 50 centavos por dólar, en el cambio ilegal eran entre 6 y 6´50 por dólar, pero como siempre, a mayor beneficio más riesgos. Lo primero que te puede pillar la policía, aunque no sé si se meten mucho o poco con ese tema del cambio ya que es algo bien fácil de hacer, te pueden engañar en la suma del cambio, te pueden meter billetes falsos…y hasta te pueden meter un tiro. A pesar de ser una actividad ilícita, por las calles del centro de la capital continuamente te sale gente al paso ofreciéndote “cambio de divisas”, a esta gente los llaman “arbolitos”. El primer día en B. Aires paseábamos por la calle peatonal Lavalle, estaban unos equipos de Tv  filmando, pensamos que al ser una calle muy comercial estarían haciendo algún reportaje. Por la noche vimos en las noticias que el motivo de tanta tele había sido que un turista “al intentar cambiar dinero en un arbolito había sido baleado en un glúteo …” (vamos,  que le habían dado un tiro en  el culo). ¿Merece la pena cambiar dinero de este modo?, sólo diré que cuando pagábamos con los pesos que cambiamos todo nos salía un 40% más barato…De todos modos, sin correr riesgos, en muchas tiendas de la capital, si pagas en dólares en metálico te hacen siempre un buen descuento. Los argentinos dicen que su país está lleno de “negros”, de gente que trabaja en “B”, incluso el gobierno paga parte del salario de sus funcionarios en negro, y esto nos lo confesó un dentista que trabajaba para el propio estado.

Como el primer día que teníamos que salir de viaje se juntó el tema del cambio de la moto de Conchi con que hasta medio día no dejó de caer una fuerte tormenta sobre la ciudad, tuvimos que retrasar la salida hasta el día siguiente. Además las previsiones del tiempo para Uruguay no eran muy buenas, por lo que decidimos cambiar el sentido de nuestro viaje y hacerlo en sentido de las agujas del reloj, primero subiríamos a Iguazú y después pasaríamos a Brasil. Ya empezábamos el viaje con retraso. Pero salir en esas condiciones era una tontería, y aunque a nuestro regreso tendríamos días para hacer turismo por ella, decidimos dedicar el día a visitar algunos de las calles del centro de B. Aires, tampoco teníamos más opciones. Como nuestro hotel estaba en muy bien situado nos quedaban al lado las calles más comerciales, Corrientes, Florida, la propia Lavalle, Tucumán… También la Plazade Mayo, que merece mención aparte. En ella se encuentran una serie de edificios históricos comola Casa Rosada, el Banco Nacional (os acordáis del corralito?) el ayuntamiento, la catedral en la que está enterrado el general y liberador de tres países José San Martín.

También la plaza es lugar de reivindicaciones, como la de la madres de los desaparecidos en la dictadura, o la de los soldados que lucharon el Las Malvinas y ahora luchan porque se reconozcan sus derechos

Y por supuesto la gran avenida 9 de Julio, que lleva ese nombre por que en esa fecha, del año 1816, se declaró la independencia. Tiene150 m. de ancho y  dicen que es la más ancha del mundo. A la hora de entrar o salir del centro lo mejor es tomarla para luego   enlazar con las autopistas Arturo Illia (para el norte) o  Arturo Frondizi (sur). En el centro se encuentra el famoso obelisco de 67 m. de alto, que se levantó en 1936 para conmemorar los 400 años de la fundación de la ciudad.

 

Buenos Aires no es una gran ciudad, es una mega ciudad, 16  millones de almas viven en ella. Por lo que hay gran variedad de espectáculos para todos, y lo mismo con los resturantes, excelentes pizzerias, ya que aquí viven un gran número de descendientes de italianos, y las típicas parrillas, aunque estas las vas a encontrar por todo el país y generalmente de más calidad.

Como en toda gran ciudad hay que estar atento a los posibles robos, uno que está muy de moda, y especialmente asqueroso, es el del “guanaco”. Son siempre dos individuos,  disimuladamente uno  escupe en la cara a otra persona, el que recibe “el regalito”  no sabe de dónde ha venido aquello, y en los primeros segundos de confusión los ladrones echan mano del bolso y huyen. Otro que también tiene lo suyo, y afecta especialmente a las mujeres, uno tira hacia debajo de los leggins o de la falda, y lo mismo, en la confusión y alborto lógicos del momento huyen con el bolso. O el más común y general, aquí y en cualquier lugar del mundo, en las aglomeraciones hay siempre una mano que se mueve con especial “delicadeza” y una cartera cambia de dueño. Algo así intentaron hacerme mientras, junto a un grupo de curiosos, veíamos este espectáculo callejero de tango, pero no “coló”. Solo faltaba que después de que un “arbolito” no me “baleara” ahora me fueran a quitar los pesos que había cambiado esa mañana.

 

Etapas en Argentina

Buenos Aires-Concordia   450 km.

Concordia-Santo Tomé     440 km.

Santo Tomé-Jardín de América  270 km

Jardín de A.- Iguazú      210 km.

Incluso para los que os movéis  a diario por Madrid o Barcelona comparadas con B. Aires vuestras ciudades se os quedarán pequeñas, así que imaginaros a nosotros que vivimos en un lugar con 5.000 habitantes (Alba de Tormes). Nada más arrancar las motos ya teníamos ante nosotros el primer problema del viaje Salir desde el mismo centro de B. aires no parecía que fuera a ser ni sencillo, ni mucho menos rápido, pero era el primer paso que había que dar. Además saldríamos  a primera hora de la mañana,  con todo el tráfico que ello implica, en dos modelos de motos que no habíamos conducido nunca y para darle un poco más de emoción, bajo una ligera lluvia…Otra peculiaridad de esta ciudad, existen varios peajes de entrada y salida, con el tráfico que hay, imaginar las colas que se pueden crear, pero Argentina no deja de sorprender, y son relativamente rápidos. Resulta que hay una ley por la cual en estos peajes el tiempo de espera no puede sobrepasar una cantidad determinada (creo que 60 segundos o algo así) y en caso de que se supere levantan las barreras durante unos momentos hasta que se descongestionan las colas. Imagina que no sabes nada de esto, estás allí parado con la moto en la fila, y de repente todo el mundo empieza a hacer sonar las bocinas ¿qué pasa? Los conductores insisten, aquello parece la madre de todas las pitadas, hasta que los de las garitas, temiendo que cientos de conductores que en ese estado de impaciencia pueden hacer cualquier locura, levantan las barreras y todos salen (o salimos) disparados para cruzarlas antes de que vuelvan a bajarlas y de paso nos ahorramos unos pesos…Bienvenidos a Argentina en estado puro

Ya estamos en marcha por las interminables avenidas de la capital y el tráfico, como no podía ser de otra manera, está congestionado. Conducimos durante una hora, dos, tres…y aún no dejamos atrás la ciudad, el paisaje sigue siendo urbano ¿no estaremos perdidos y dando vueltas por el extrarradio?. Pero poco a poco todo va cambiando y una señal nos indica que ya circulamos porla Ruta 9, vamos por el buen camino. Tras cruzar el gran puente Zárate hay que tomarla Ruta 14, la que va hacia el norte. Para llegar hasta Iguazú se atraviesan las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes y Misiones. La primera jornada del viaje nos lleva hasta la ciudad de Concordia. Desde que salimos de B. Aires durante unos 600 km. iremos por autopista, luego ya por carreteras normales, que suelen estar en bastante buen estado, especialmente una vez que se entra en la última parte del recorrido, la que atraviesa la zona de Misiones. Al igual que en otros países de sudamérica, en todo el país (excepto lo que comenté de B. Aires) las autopistas son gratuitas para las motos. Imagina el placer que da llegar a las zonas de peaje, pasar de la  cola, meterte por el carril que hay para las motos y no tener que soltar ni un peso.

No hay que preocuparse por el tema de gasolineras, se encuentran sin problemas. Pero no conviene olvidar dos temas a tener en cuenta, uno que hay mucho tráfico de camiones que se dedican al transporte de madera, unos bajan cargados desde el norte, y otros suben a por más madera para el sur.

El otro problema que se puede encontrar en estos primeros 1.400 km. son las  tormentas, que suelen ser especialmente fuertes. Así nos lo advirtió un camionero: “si hay tormenta, no sigan, paren dónde sea. Si el cielo empieza a ponerse oscuro más vale que se detengan, así lo que hago yo. Y vos con esas motos…”. Por suerte, excepto la primera mañana, el resto del viaje hasta Iguazú tuvimos un tiempo excelente.

La ciudad de  Concordia se encuentra en la orilla derecha del río Uruguay, río que sirve de frontera natural con el país del mismo nombre. Llegar a Concordia y darte un paseo por su zona central, en algunos aspectos es como retroceder a la vida social de la Españade de hace decenas de años. A pesar de ser una ciudad de más de 100.000 habitantes, la gente se conoce, se saluda, se detienen a hablar…no se ven edificios altos, no hay mucho tráfico. Sentados en su plaza principal me llamó la atención el siguiente detalle, sentadas en otro banco había dos mujeres jóvenes. Con suma delicadeza envolvían lo que parecía ser un regalo de cumpleaños, supongo que para el hijo de alguna de ellas. Entre las dos doblaban el papel hasta que envolvía por completo el regalo, hicieron y deshicieron varias veces un lazo, hecho con un cinta roja, hasta que quedó perfecto…y después de unos minutos de laboriosa tarea se quedaron mirando lo bien presentado que les había quedado el regalo, y en verdad que sí. ¿Sabéis que había dentro de aquel envoltorio que habían hecho con tanto trabajo y mimo? .Pues algo que en la actualidad si se lo regalan a un niño de España seguramente pensaría “y para esto  tanto envoltorio…”, pero seguro que para el niño de Concordia, destinatario de aquel paquete, le pareció un gran regalo. Lo que habían envuelto era una bolsa de esas de malla que contenía una pelota, un cubo y una pala, kit que seguramente en España se venden en “los chinos” por muy poco dinero. Fijándote en estos pequeños detalles es como conoces un poco mejor a la gente y la sociedad por la que viajas.

En esa misma plaza, por la noche, había un festival de canciones y bailes interpretados por niños vestidos para la ocasión. Este espectáculo también me trajo a la memoria los festivales infantiles en la Españade los años 60. Enseguida la gente nos hizo sitio para que viéramos las actuaciones, se preocuparon de que tuviéramos un buen lugar para hacer fotos, nos informaban acerca del porqué de los trajes que lucía cada grupo y tras cada actuación nos preguntaban que nos había parecido. Al terminar, una familia de las que allí había, nos invitaron a cenar a su casa, pero estaba a  algunos km. del centro y no era cuestión de ir al hotel a por las motos, prepararnos,…y además al día siguiente queríamos salir temprano.

Las pequeñas motos están por todas partes, y muchas de ellas conducidas por mujeres de todas las edades.  Como en muchos otros lugares del mundo, al final son ellas a las que las toca sacrificarse por el resto de la familia, como en este caso. ¿No hay cascos para todos? Bueno pues la mamá se queda sin el…

“Aquí nació, en 1778, el general José de San Martín. Libertador de tres países”, este cartel indica que has llegado al pequeño pueblo de Yapeyú, que también se encuentra situado a la orilla del río Uruguay. Sus habitantes, o el gobierno, debieron pensar que ser la cuna de J. de San Martín  sería un buen reclamo turístico, no sólo para argentinos sino también para muchos sudamericanos y por ello levantaron un estupendo y moderno museo dedicado a su memoria. Pero a pesar de ser fin de semana, los únicos visitantes éramos nosotros, sin aglomeraciones recorrimos el edificio y aprendimos algo más sobre su figura. San Martín marchó a España, lucho en Melilla y Orán, luego contra los franceses que habían invadido España. En 1812 regresa a B. Aires y decide que ha llegado la hora de independencia sudaméricana, y se pone a la tarea. Junto con Bolívar, es reconocido como el gran libertador. Las campañas militares de San Martín fueron las que dieron la independencia a Argentina, Chile y Perú.

Frente al museo hay un sencillo local donde sirven comidas. La familia propietaria en su día pensó que qué mejor lugar para montar el negocio, pero claro, eso era contando con que el museo atrajera a buen número de visitantes. Se sinceraron con nosotros, “por ahora no turistas, no comensales”. Así que todo a nuestra disposición.

Aparte del tema de José San Martín, si pasas por aquí desviaté de la carretera y recorre los 4 km hasta Yapeyú. Merecen la pena el pueblo y el entorno.

Si desde Concordia se ve Uruguay, nuestro siguiente destino, Santo Tomé, tiene por vecino a Brasil, concretamente a la ciudad de Sao Borja. Recorrer las calles de S. Tomé hace que no te olvides que estás viajando por Sudamérica, es decir, el asfalto sólo llega  a una parte de su calle principal y por ello sus infraestructuras son las que son.

Si vienes por aquí en moto te recomiendo alojarte en La Hacienda Don José. Como llegamos a buena hora nos dedicamos a recorrer el pueblo en busca del alojamiento que mejor nos pareciera.La Hacienda está en las afueras y tiene unos bungalows de dos plantas dispuestos a lo largo de un pasillo central, a modo de motel. Puedes dejar la moto a la puerta de tu habitación, tiene pileta (que es el nombre que reciben aquí las piscinas), restaurante cubierto y al aire libre, y además los sábados por la noche ¡preparan unos asados…!

Relativamente cerca de aquí se encuentra una de las dos entradas por las que se accede al Parque Nacional Esteros del Iberá, unos inmensos humedales llenos de fauna del lugar, y que ocupan casi 20.000 km2. Las tormentas de los días anteriores habían dejado en muy mal estado los 130 kmque nos separaban de Los Esteros. Lo peor es que la pista es de esa tierra rojiza que con el agua se convierte en un espeso “chocolate”. La única opción era ir en 4×4 y pensamos que lo teníamos fácil, ya que desde nuestro hotel  organizan excursiones de un día. Pero la salida del día siguiente ya tenia completas las plazas, el organizador nos dijo que disponía de otro 4×4 pero que no tenía chofer para el, pero que en una hora nos conseguía uno. Por lo visto no encontró a nadie de su confianza, le insistimos en alquilarle el 4×4 e ir detrás del otro,. Primero estuvo de acuerdo, luego que “puede” y al final que no. O no se fiaba de nuestras aptitudes para conducir el todo terreno o… no se fiaba del vehículo. Y una vez que vimos el estado del mismo, los que ya no estábamos tan decididos a ir a Los Esteros en «aquello»  éramos nosotros.

La Ruta 14 discurre entre grandes terrenos que no llego a entender porque están tan abandonados, son tierras fértiles, con agua, pero ni hay cultivos ni ganadería. Pero la mañana de aquel domingo se presentaba ideal para viajar en moto, buena carretera, tráfico nulo, la temperatura unos 25º. Es una de esas jornadas en las que,  varias veces a lo largo del día, realmente me doy cuenta de lo afortunados que somos al poder viajar por tan diferentes lugares del mundo, y además de este modo, ya que son muy pocas las parejas que, por unas u otras causas, pueden hacerlo.

Andaba mi mente ocupada con esos pensamientos, cuando de repente, en una explanada al lado derecho del camino, veo una gran aglomeración de coches y de gente, frenazo, intermitente y parada. Es una romería popular, buscamos un sitio donde aparcar cerca de la entrada principal, nos despojamos de todo lo que podemos y nos unimos a la fiesta. Miles de personas asisten a una misa al aire libre, otros tantos andan preparando asados, los hay que ya están sentados en el suelo y dando cuenta de ellos, otros pasean mirando los puestos de venta ambulante…no sería mala opción pasar el día aquí, pero queremos llegar a buena hora a nuestro destino de hoy, que por cierto tiene un nombre muy bonito, Jardín de América ¿será para tanto?.

Dejamos atrás la ciudad de Posadas y nos despedimos de la 14, hasta Iguazú viajaremos porla Ruta 12. Atravesamos la provincia de Misiones, tan grande como Bélgica, y en la que el paisaje cambia totalmente. Todo está verde, por algo es la región más lluviosa de Argentina. Hay mucha vegetación selvática y la tierra tiene un marcado color rojizo. Será una de las zonas más bonitas de nuestro viaje.

Cuando preparaba la ruta hasta Iguazú, no encontraba muchas referencias de la misma. Si, hablé con gente que habían estado en las cataratas, pero habían llegado desde B. Aires o Brasil en avión, incluso leí que los propios argentinos recomiendan no pegarse esa paliza de casi 1.400 kmdesde la capital. Las fotos que había  visto de esta zona de Misiones nos habían creado muchas expectativas, aunque es verdad que hasta aquí el viaje no había cruzado por paisajes espectaculares, y tras lo visto lo últimos días no las tenía todas conmigo. Por suerte aquellas expectativas se iban cumpliendo, a partir de ahora empezaría  lo mejor. La ruta discurre en un entorno maravilloso, presenta continuas subidas y bajadas, un asfalto excelente, se cruzan grandes ríos que, excepto el Iguazú y el Paraná, el resto, aunque sean gigantescos comparados con lo que en España entendemos por un río caudaloso, reciben el nombre de “arroyos”.

Se cruzan pequeños pueblos y aldeas con gente abierta y amable, de momento no hay invasión turística, y puedes parar en cualquier lugar a comer o descansar. La gente es muy amabl, hospitalaria y servicial. En cualquier lugar hostelero cuando a una persona le das las gracias por algo, te responden con un: ”No, por favor. A las órdenes…”. También, si quieres, es una buena zona para comprar cualquier ave de vivos colores. Aunque queda mucho viaje por delante y encima de la moto no creo que aguante mucho, y metida en una maleta, no sé, no sé…

El nombre de la región se debe a las misiones, asentamientos mezcla de religión y sociedad, fundadas en siglo XVII  por los Jesuitas. En ellas recogían a los indios guaraníes, los Jesuitas se ganaron su confianza, los protegían, enseñaban oficios, los organizaban en sociedades…hasta que a finales del XVIII, el rey Carlos III se cansó de tanta complacencia para los indios. Intuyendo que los religiosos adoctrinaban a los guaraníes a rebelarse contra la corona, firmó la expulsión de la compañía de Jesús de todos los territorios pertenecientes  al imperio español, incluidos los de ultramar, y las misiones quedaron abandonadas su suerte. Una de las más grandes, y de la que quedan los restos mejor conservados, es la de San Ignacio Miní. Un guía te acompaña en su visita y explica la historia de estas misiones.

Viajando por esta zona cada vez es más habitual ver a  la gente cargando un termo con agua caliente que usan para prepararse el mate, el cual toman continuamente tanto mayores como pequeños. Da la impresión de estar “enganchados” a esa infusión…

Más que el pueblo  Jardín de América, son sus alrededores los que hacen honor a ese nombre. Todo pura selva, vegetación, ríos, cascadas y demás paisajes que no te cansas de contemplar.

Aunque estés a miles de km. de tu casa, siempre hay que tener cuidado con lo que uno dice o hace,  ya que puede que estés hablando con alguien que te conoce…Resulta que en el hotel de Jardín de A. coincidimos con un grupo de “motoqueros” locales. Nos invitaron a sentarnos a su mesa y empezamos a hablar de motos y de viajes. No habían pasado 10 minutos cuando uno de ellos dijo “yo le conozco, vos fuiste de España a Mongolia en una moto de 125 c.c. En mi casa tengo las revistas del Solo Moto donde relató el viaje…”

A media mañana llegamos a Puerto Iguazú, el pueblo situado en el lado argentino más cercano a las cataratas. Si llegas hasta aquí, lo ideal es estar como mínimo un par de días, uno para verlas desde el lado argentino y otro desde el brasileño. En Puerto Iguazú hay una gran oferta de hoteles, pensiones, albergues, casas particulares que acogen turistas… La gente salía a nuestro encuentro ofreciéndonos alojamientos de mayor o menor calidad. Buena señal, por lo visto, en esta época, la oferta superaba a la demanda, y como teníamos tiempo, no había que precipitarse. Buscando, buscando, encontramos el Hotel Cataratas, aspecto de lujo y 5 estrellas. Ya estarás pensando que, como nos metamos en el, nos costará una pasta. Tantos viajes juntos sabemos perfectamente que tareas desempeña mejor cada uno, por lo que paramos a la puerta y dije a Conchi: “Entra y pregunta, que nunca se sabe…”. Tras unos minutos regresó: “nos quedamos en éste, al final nos le dejan a 80 dólares la noche con desayuno incluido, ¡¡y tiene muy buena pinta!!”. No es la primera vez que encontramos un alojamiento que en condiciones normales valdría mucho más, pero cuando tienen muchas habitaciones sin ocupar, a base de negociar los hemos conseguido por 3 ó 4 veces menos de su precio habitual. Y en eso viajar en moto, y especialmente que Conchi se encargue de ello, ayuda mucho. El hotel tiene una “pileta” espectacular y lo nunca visto, dentro hay un gran bosque con caminos para recorrerlo y con una buena cantidad de aves, plantas…

Al igual que en muchas de las conocidas como “maravillas del mundo” a las que hemos llegado, tal que la roca Uluru, el Gran Cañón, Machu Picchu o el Perito Moreno, para acceder a ellas lo primero es soltar la pasta. En Iguazú unos 40 euros por persona y prepara metálico, ya que te informo que no se puede pagar con tarjeta. A los pocos metros de la entrada ya ves unas cataratas como no habías llegado a imaginar. Son muchas, mas grandes de lo que pensabas, increíbles, y si no estás atento hasta puedes ser arrastrado por ellas. Tienen distintas formas, apelotonadas, alargadas…pero todas son coloridas, ruidosas…,ah, y luego más adentro verás que también hay otras cataratas formadas por los saltos de agua del río Iguazú, que al fin y al cabo son las que hemos venido a ver. Estarás pensando ¿pero de que habla este tío…?

Así que como podemos comparar con las  C. Victoria, comparemos. Dejando a un lado que llegar en moto hasta las africanas es mucho más complicado, una de las mayores diferencias con las de Iguazú es que en las primeras no encontramos avalanchas de turistas compuestas por gentes de todos los lugares del mundo. A estas «cataratas» es a las que me refería antes. Unas horas en Iguazú y, si quieres, podrás hacer un completo estudio etnográfico. Habrás tenido la oportunidad de ver gentes de las más variadas etnias y escuchar muchas de las lenguas que se hablan en el mundo, incluidas algunas de las comunidades españolas.

Las Victoria son, o mejor dicho es, una catarata única, con mucha más caída (110 m.), más caudalosa (la nube de agua pulverizada que se levanta es visible desde 20 km.) y especialmente más  bestial que las sudamericanas. Sin lugar a dudas, las descubiertas por Livingstone son más espectaculares y salvajes que las descubiertas por Héctor Núñez Cabeza de Vaca, y lo mismo se puede aplicar a su entorno. Por cierto cuando en 1542 nuestro compatriota llegó a ellas tuvo el detalle de respetar su nombre. Llegó y preguntó a los guaraníes:

-Hola, soy Núñez, mis compañeros y yo venimos de España. ¡Menudas cataratas tenéis aquí! ¿Tienen nombre?.

-Nosotros las llamamos Iguazú, que en nuestra lengua significa “agua grande” ¿algún problema?

-No os rompéis mucho la cabeza a la hora de buscar nombres ¿eh?. ¿Iguazú decís? No suena mal, no. Venga, no se hable más que llevo prisa, las dejamos con ese nombre…

A diferencia de Livingstone al que le dijeron: “Oiga mister, que a esto lo llamamos  Mosi-Oua-Tunya, el humo que truena”. A lo que explorador inglés más o menos respondió: “Mosi ¿qué?. Ni humos, ni truenos, ni leches. A partir de ahora esto se llama Cataratas Victoria, que para eso es mi reina y la patrocinadora de este viaje…Y punto”.

Las de Iguazú están llenas de pasarelas, puentes, y caminos para visitarlas, hasta hay autobuses y unos trenes, de esos ridículamente pequeños, que te llevan hasta los puntos más alejados. Aunque entre tú y yo, después de horas caminando de una catrata a otra, esto último, al final lo agradeces. Imagino que tanta infraestructura es otra de las causas para que sean mucho más visitadas que las africanas, o al contrario, tantas visitas hacen que se presenten de esa manera.

En su favor hay que decir que están formadas por muchos saltos de agua, más de 200, sin duda también muy espectaculares, y que su visión, a pesar de tan numerosa  “compañía”, merece mucho la pena y no decepcionan a nadie, nosotros incluidos.

El lugar más llamativo es la llamada “Garganta del Diablo”

A lo largo del recorrido te vas a encontrar con diferente fauna acostumbrada a las visitas, incluidos el más típico , el simpático  coatí

Ya que estás en Puerto Iguazú hay que acercarse al lugar donde se junta dos ríos, el Iguazú y el Paraná, que a su vez hacen de frontera natural entre Argentina, Brasil y Paraguay. En cada uno de esos países hay un monolito de referencia llamado, originales que son, “las tres fronteras”.

Muchas veces la solución más sencilla y rápida no tiene porque ser la más cara. Para recorrer el lado brasileño pensamos que sería mejor dejar las motos en el hotel y así ir más ligeros. Teníamos dos  opciones, una tomar un autobús que lleva hasta la entrada del parque brasileño, evidentemente tenía el problema de los horarios. La otra era tomar un taxi que estuviera a nuestra disposición toda la mañana. La segunda opción era mucho más cómoda, pero lo primero que vino a la cabeza es que eso nos iba a costar un montón de pesos. Preguntamos el precio, echamos cuentas (recordar que con el cambio que hicimos en B. Aires lo que pagábamos en metálico en pesos nos salía un 40% más barato) y vimos que por unos 20 euros tendríamos, durante unas 6 horas, un coche y su conductor a nuestra disposición. A las 8 de la mañana, a la puerta del hotel, nuestro taxi estaba esperando.

Antes de entrar a las cataratas hay un gran parque de aves, nuestro taxista nos recomendó su visita, ya que allí íbamos a ver una gran muestra de aves de la zona. Ya sé que siempre es más bonito ver a los animales en completa libertad, pero te puedes estar un día entero recorriendo su hábitat natural, y como los animales son así de caprichosos, aparecerán cuando quieran, y no verás ni uno.

El recorrido por la zona que comprende el parque Iguazú en su versión brasileña, se hace en menor tiempo que en el lado argentino, pero las vistas son más espectaculares y llegas a estar más cerca de las cataratas.

 

Hay lugares, e Iguazú es uno de ellos, en que la mejor imagen se tiene desde el aire. Por unos 100 dólares por persona tpuedes darte un vuelo en helicóptero sobrevolando las cataratas, de este modo te haces una mejor idea de las mismas y también de la extensión que representa la selva del Paraná. ¿Merece la pena gastar ese dinero por poco más de quince minutos de vuelo? Sin duda que sí, yo lo recomiendo, aunque como siempre, es solamente nuestra particular experiencia.

 

 

Nuestro viaje continua por Brasil en https://www.elmundoenmoto.net/2013/03/11/2012-argentina-brasil-y-uruguay-y-2a-parte/

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