«ENTRE  TUAREGS»

ARGELIA  EN  MOTO  Y 4×4

A finales de enero recibí un mail de mi amigo argelino Kaddour Lehbaki invitándome la asociación de turismo Sada Sahara a realizar una travesía por el sahara argelino. El viaje lo haría junto a Lorenzo Fernández (escritor -os recomiendo su libro «Desafios a la historia», periodista, director de «Enigmas», contertulio del programa «La rosa de los vientos»..) y Diego Cortijo (periodista colaborador de la revista Enigmas, fotógrafo y guía de viajes). Dos personas a las que no conocía pero que después del viaje ya son mis nuevos amigos y con los que ha sido un placer compartir vivencias

Lorenzo, Kaddour, el que escribe y Diego

Quizás alguno piense que no es el mejor momento para un viaje así, pero la invitación era tentadora, volver a recorrer la Transshariana 19 años después, reencontrarme con viejos amigos, conocer de primera mano la situación actual argelina…así que cómo iba a negarme…

Hemos llegado hasta la tumba de Tin Hinam, la reina de los tuaregs, un remoto lugar cargado de historia y misterio. Hemos ascendido al Asekreem para ver amanecer en uno de los lugares más espectaculares del Sahara, compartido un té con los monjes que están en la ermita levantada hece 100 años por el padre Foucauld, convivido con los tuaregs (los de verdad), compartí charla con uno de los guías que trabajaba para Sabine cuando el Dakar se internaba por el Teneré, hemos buscado y encontrado las famosas «rosas del desierto», vivimos un momento de tensión en la ciudad santa de los mozabitas, Beni Isguem, vimos al presidente Bouteflika, esquivamos los controles policiales para dormir en el desierto internándonos por pistas que sólo usan los contrabandistas.. todo esto y más en 10 días y a lo largo de más de 4.000 km

Algunas fotos de la crónica son gentileza de Diego Cortijo y en ellas se ve su buen hacer con las cámaras

Lo primero, como parece que no hay mucho en claro sobre lo de entrar a Argelia, os cuento los requisitos actuales.

Por tierra desde Marruecos no es posible, la frontera de Oujda sigue cerrada con aperturas puntuales. Si quieres ir con tu vehículo hay ferry desde Alicante a Orán y desde Almeria a un pequeño puerto cercano a Orán. Como este viaje era cosa rápida y además en compañía de Lorenzo y Diego decidí que lo mejor, y obligatorio, era ir todos juntos. Volamos Madrid-Argel y luego por la transahariana bajamos a Tamanrasset. El regreso fue del mismo modo sólo que en Ghardaia tomamos una avioneta para acortar y llegar a Argel para tomar el vuelo de vuelta.

Kaddour Lehbaki a quien conozco desde el 92 fue quien se encargó de todo, rutas, permisos, alojamientos, contactos, guía para el Assekrem…´l y su agencia «Sada Sahara» son el mejor contacto para un viaje por en el gran Sahara

Requisito imprecindible, el visado. Se saca en Madrid, embajada en calle General Oráa, cuesta 60 euros y válido 30 días. Necesitas detallar el recorrido(algunas zonas no están permitidas), carta invitación de residente en Argelia y seguro de viaje. Ojo con lo de la invitación ya que comprueban que sea de verdad, y esa persona deberá estar esperándote a tu llegada a Argelia y acompañarte todo el viaje (hay controles policiales a lo largo de todo el país y en el gran sur hay que dejar los datos antes y después de cada oasis), al menos en nuestro caso.

Atención también a los «aparatejos» electrónicos que se llevan. Tuvimos algún inconveniente en la aduana ya que entre los tres llevábamos 6 cámaras de fotos y 4 de vídeo, y para unos «simples» turistas era un poco llamativo, al final metimos todo pero un GPS hubo que dejarlo en la aduana hasta nuestro regreso. En teoría están prohibidos y nuestro agente era un poco quisquilloso, y después de lo de las cámaras no queriamos forzar la situación…

La asociación Sada Sahara nos invitó a este viaje con el fin de hacerles unos reportajes. Mis compañeros querían llegar hasta la tumba de TIn-HInan y por mi parte quería subir al Assekrem ya que la vez que bajamos Conchi y yo estaba cerrado a los extranjeros. Lo de hacer la pista Tam-Djanet no fue posible, está cerrada por el secuestro de uan italiana a pricipios de Febrero (parace ser que no es asunto político si no más bien ajuste de cuentas, el caso es que todavía no ha aparecido)

El viaje se ha ido contando, incluso en directo, para el programa de Onda Cero «La rosa de los vientos», Lorenzo Fernández es colaborador habitual en la noche de los domingos y fue el encargado de hacer llegar a los oyentes nuestras experiencias

Por las características del viaje, duración e ir acompañado me era muy complicado llevarme una de mis motos, así que el viaje lo hicimos en un Toyota 4×4 que Kaddour tenía preparado. No obstante le pedí que me consiguiera una moto para hacer algún recorrido. Esta la tuve en El Golea

Para subir al Assekrem tenía apalabrada una XT, al final el dueño al «olerse» el recorrido que iba a hacer dijo que «na nai», me la dejaba desde la mañana al atardecer y claro al Assekrem se sube para ver uno de los amanaceres más espectaculares del mundo…

Recomendaciones. Las normales para cualquier viaje añadiendo el tema de no saltarte los controles de los oasis, y al sur del sur nunca contar a nadie los planes ni la ruta de los próximos días. Por lo demás nada especial, la gente te recibe con la carácterística hospitalidad de aquellas tierras y en ningún momento te sientes ni acosado, vigilado (bueno el día que Bouteflika llegó a Tam éramos los únicos extranjeros en la ciudad y  tocábamos a varios policías para cada uno de nosotros) ni nada por el estilo. Pudimos hablar de cualquier tema con la gente y en ese aspecto no tuvímos níngún problema

Ghardaia se encuentra unos 700 km al sur de Argel, en el valle del M´zab y cuna de los mozabistas, y es el primer oasis ya en el Sahara. Está formada por cinco ciudades aunque el nombre general es Ghardaia que es la mayor de ellas.

Desde nuestra anterior visita Ghardaia ha crecido mucho, tiene mucho´más tráfico, actividad, se han creado industrias…pero la falta de turismo en estos casi 20 años ha obligado a que el camping en el que nos alojamos Conchi y yo  haya tenido que cerrar sus puertas.

La plaza de Gardahia sigue con su actividad diaria, no en vano los mozabistas, habitantes de este valle, son unos grandes comerciantes y emprendedores. Se dice que cada mozabita tiene en su casa uan pequeña empresa.

De las ciudades que forman Ghardaia las dos más interesantes son El ouleff y Beni Isguem, ambas son consideradas ciudades santas y están «cerradas a los infieles», aunque en realidad esto significa que para su visita es nenesario el ir acompañado por guía local.  En el ouleff se encuentra la mezquita creda por el arquitecto Le courbesier y que inspiro gran parte de sus obras en Europa.

Las ciudades están amuralladas y a su entrada hay unos carteles advirtiendo de las normas que rigen dentro de ellas.

Aquí tuvimos un problema que pudo resultar algo más, la culpa fue nuestra y sólo nuestra. Nos advirtieron que nada de fotos a personas, especialmente a las mujeres, pero claro, la tentación era grande y el dedo al obturador va rápido, aunque no tanto como para que nos pasara deapercibida nuestra presencia. Al final hubo que pedir disculpas y borrar algunas fotos. Las mujeres mozabitas van tapadas de arriba  abajo por una  sábana blanca con una sola apertura para un ojo.

La transahariana no se parece a la que recorrimos hace 19 años. Ahora está toda asfaltada y en una Gold Wing puedes llegar hasta Níger, eso sí, en cuanto te salgas de ella, adiós al asfalto

Una de las cosas que más me sorprendieron respecto a mi visita anterior es comprobar cómo han conseguido esto en pleno desierto y rodeado de dunas

En algunas zonas del Sahara se encuentra gran cantidad de aguas subterraneas, unos 80 km antes de El Golea la han encontrado y en cantidad, está a unos 300 m. y sube a la superficie por su propia presión, por lo que no se necesitan bombas para subirla, esto abarata enormemente los costes y permite regar los cultivos las 24 h. del día, solamente necesitan unos generadores (el gasoil está a 0.13 euros el lt.) para tener corriente para los pivos de riego

Como este Kaddour conoce a todo el mundo, fuimos bien recibidos y no hubo problema en que nos enseñaran todo aquello

Los moteros de El Golea me tenían buscada una moto trail para ir a las dunas, ni sé que marca era, con tanta pegatina…era de 125 y por lo menos sirvió para pasar unos buenos ratos por las dunas, luego se nos hizo de noche y preparamos el inevitable cordero y el te

sus motos eran chinas y de carretera, claro que a ellos eso (el que fueran de carretera) les importaba poco a la hora de andar por las dunas. Les pregunté si no sería mejor que compraran motos trail, pero me contestaron que estas últimas «corren menos…»

Y nos fuimos hasta Tamanrasset, por el camino vimos la obra faraónica que han hecho para llevar agua de In Salah hasta Tamanrasset. 700 Km de grandes tuberías a lo largo del desierto y cada 50 km, más o menos, han tenido que construir unas plantas para instalar las bombas de impulsión para que el agua llegue hasta Tam.

La obra la han hecho, como no podía ser de otra manera, los chinos, hasta los camiones se los habían traído de China

LLegamos a Tam ya de noche y al día siguiente tuvimos que pasarlo en ese oasis. Llegaba el presidente Bouteflika para inaugurar «la tubería» y no podíamos movernos de la ciudad, pero bueno, sirvió para mezclarnos con los tuaregs y vivir con ellos ese gran día. Tam tiene una población cercana a los cien mil habitantes y está asentado en pleno macizo del Hoggar y todo es roca, por lo que buscar agua es tarea imposible, con «la tubería» ya se les acabaron los problemas de escased de agua.

Hubo fiesta tuareg por todo lo alto

Cerca de Tam fuimos hasta la Abalessa,  lugar donde en 1925 fue descubierto un túmulo funerario en el que se encontró la momia de Tin Hinam. La historia, sin duda a veces mezclada con la leyenda, cuenta como en el siglo IV d.C. una esbelta mujer, de casi dos m. de altura, a lomos de un camello blanco y en compañía de  su séquito cruzaron el Atlas y llegaron a esta zona. Esa mujer era Tin Hinam y sus descendientes formaron el pueblo tuareg. En su tumba se encontraron diversas joyas, como brazaletes y pulseras de plata y oro, pero lo más misterioso es que en la misma aparecieron otros objetos pertenecientes a muy diversas épocas de nuestra civilización, incluido alguno que databa de la 1ª Guerra Mundial. Algo difícil de explicar teniendo en cuenta que la tumba no presentaba signos de haber sido profanada. Todo indica que durante siglos los tuaregs custodiaron este lugar, el conocimiento de su existencia les habría facilitado la entrada al mismo y a lo largo del tiempo habrían depositado diversas ofrendas a su reina.

Lorenzo y Diego asomados a ver si aparecía el espíritu de Tin Hinam

Cuando subimos hasta el túmulo allí no había nadie, pero como suele ocurrir en los desiertos, por arte de magia apareció el guardian de la tumba

y la vista desde arriba

Cuando estuvimos en el 92 nos fue imposible subir al Assekrem, por aquel entonces la pista estaba temporalmente cerrada a los extranjeros, por eso en esta ocasión no quería perder la oportunidad de contemplar el amanecer en uno de los lugares de los que dicen es de los más bellos no sólo del Sahara sino de toda Africa.

Necesitábamos un guía con experiencia, no es que Kaddour no lo sea pero uno de la zona siempre es mejor, ya que los primeros km hasta encontrar la pista «buena» son un poco complicados, ya que ésta no está marcada.

luego ya sí

Antes de iniciar la subida paramos a llenar un saco con arena … ¿ ?

¿para qué? esa noche a la hora de la cena me enteré (arriba no hay arena, sólo millones de piedras…)

Los últimos 5, de los 82 que tiene la subida, también tienen lo suyo, la pista está llena de piedras y se necesita su tiempo, no menos de unas 5 horas de penosa subida. Tanto que se nos hizo de noche y tuvimos que montar el campamento un km antes de la explanada hasta la que se puede subir en vehículo.

Tagh, el guía, conocía perfectamente la zona y no tuvimos más problemas que el tiempo que pasamos dando botes dentro del 4×4. Pero a cambio Tagh nos preparó una excelente cena donde no faltó el pan hecho en el momento al estilo tuareg. Se hace una masa con levadura de sémola, se cubre con hierbas y arena (la que cogimos al empezar la subida) y encima se ponen brasas, cuando está cocido por una lado se le da la vuelta para que se haga por el otro, y luego se desentierra, se raspa la arena con un cuchillo y listo. Aparte de esto nos cocinó un cordero que estaba riquísimo, más de los que podía paracer en un primer momento.

Los últimos 300 m. hay que hacerlos a pie ascendiendo por un duro y empinado sendero que parece querer tocar el cielo. Cuando ya sin fuerzas llegamos a la cima y volvimos nuestra vista hacia el paisaje que habíamos dejado atrás, tuvimos que dar la razón a aquellos que han calificado a este lugar como uno de los más hermosos lugares para ver un amanecer.

El primer occidental que estudió las costumbres, el idioma, y convivió de forma continuada con los tuaregs fue un religioso francés, el padre Charles de Foucauld. En 1901 se asienta en un campamento de nómadas y más tarde levanta el primer edificio de lo que en la actualidad es Tamanrasset, la capital de los tuaregs. No lejos de aquí, a 82 km. se encuentra uno de esos lugares míticos y sueño de muchos viajeros, la montaña del Assekrem. En su cima, en 1911, Foucauld levanta una ermita y un observatorio meteorológico, que durante estos cien años han continuado atendidos y conservados por discípulos de la orden que fundó  el propio Foucauld.

Pero todavía nos quedaba otra grata experiencia. En la actualidad hay tres monjes viviendo en la ermita, un polaco, un francés, y…un español, el hermano Ventura. No sé quién se alegró más del encuentro, si él o nosotros, pero los cuatro pasamos un buen rato tomando té e intercambiando información (hacía más de 8 meses que hasta este punto no ascendía un español…)

Ventura nos enseñó la ermita, nos contó lo que hacen, como viven, sus relaciones con los tuarges que habitan en los campamentos que hay a lo largo de la subida…y tambiém nos informó de las últimas noticias de España, con su pequeño transistor está al tanto de todo, incluso nos puso al día de los últimos resultados de la liga, él es del Barcelona

Está es su habitación-casa

Y esta es la maravillosa vista que tiene desde ella

Durante la bajada tuvimos que parar a resolver un pequeño incidente mecánico, no nuestro sino de otro vehículo

y de paso aprovechamos para hacer un desvío y encontrar este paradójico paisaje en medio de tanto pedregal

Se acababan los días y no nos podíamos retrasar, en Ghardaia nos esperaba, bueno esperar, esperar…un pequeño avión para llegar a Argel a tiempo de tomar el vuelo de regreso, , pero todavía tuvimos tiempo para buscar y recoger  algunas “rosas del desierto”. Esas joyas geológicas que los cambios de  temperatura, el viento y los siglos han tallado sobre pequeñas rocas recordando las formas de una flor.

Sólo hay dos lugares donde se encuentran, y uno está a unos 50 km de El Golea, la cosa es saber dónde. Kaddour nos llevó hasta el, porque no hay pista ni nada parecido, y como ese día también se nos hizo de noche y tuvimos que dormir en el desierto, ni idea de por dónde andábamos

Un rápida visita a Argel en lo que tomábamos el vuelo de regreso y se acabó todo.

Un viaje especial por los reencuentros

por la gente que he conocido

y porque a pesar de los pocos días  hubo tiempo para el trabajo

la moto

la reflexión

e incluso para la publicidad

Si alguno empieza a cansarse de bajar siempre a Marruecos, quiere conocer de verdad lo que es el Sahara y necesita ayuda ya sabe dónde localizarme