16 y 17 Agosto

“Ahora si, estoy en MONGOLIA”

Escribo esto desde la mesa de la cinta del scanner de la aduana de Mongolia y os cuento. Ayer a las 8 y 30 estaba, igual que muchos de M.Rally, esperando en la frontera rusa, cerca de las 14h y 30´ se acercaba ya mi turno, de repente empezó a descargar una fuerte tormenta, me acerqué a la caseta del oficial que daba la entrada a los vehículos y con cara de pena le dije “motorcycle, only one motorcycle” y el oficial, al ver le que me estaba cayendo encima por la tormenta, me dejó pasar inmediatamente. Los trámites fueron rápidos y disparado a la frontera mongola, por cierto situada a casi 2.500 mt de altitud, esta frontera la cierran a las 18h, llego y los otros 3 equipos españoles que estaban delante de mi me dicen los trámites y que tenemos que esperar ya que tienen que mandar la información de nuestros vehículos por internet. Hace frío y llueve y pensamos que si cierran a las 18h, antes de esa hora nos dejaran pasar…. Internet no va, luego nosotros tampoco, cierran la frontera y nos dicen ( los 10 o 12 equipos que estamos) que aparquemos los vehículos en el parking y que podemos montar allí las tiendas. Otra vez apelo a la solidaridad con el moto-aventurero y consigo permiso de los militares para poner mi moto bajo el techado de la aduana y montar mi tienda allí mismo, fue una gran suerte. Por la noche, bajo pago de una propina, los equipos españoles conseguimos que la mujer de la limpieza nos deje entrar en una sala de la aduana y allí el equipo gallego Sentidiño, el castellano-leones Arepa y los valencianos del Sambori preparan una estupenda cena a base de pasta, sopa, salchichón,. y yo también colaboro ofreciendo los bombones que me quedaban de Almaty. Esto es lo nunca visto, es surealista, estamos en una aduana, podemos filmar, hacer fotos, estamos haciendo la cena y cenando en una sala de la misma, hemos salido (sin pasaportes y sin nadie que nos los impidiera) hasta unas casas que hay a unos 200 mts, y hemos vuelto al recinto sin nadie que nos lo impida.

La noche es fría y cada vez que me despierto oigo llover, “por suerte pude poner aquí la tienda, si no…” pienso, la sorpresa fue al levantarme, ¡¡¡está todo nevado!!! Lo que oía no era lluvia, estaba nevando. Los montes que rodean la frontera están blancos y los coches también, 17 Agosto y esto para empezar el día…

El cielo está nublado pero ahora no llueve ni nieva, pero hace mucho frío, según el termómetro de un coche 0´5º… A las 9h abren las oficinas, estamos sentados en los mismos asientos que ayer por la tarde, veo las mismas caras, fuera hay los mismos coches, y dentro los mismos funcionarios e Internet sigue sin funcionar, excepto por la nieve que veo por la ventana parece como si hubiéramos vuelto atrás en el tiempo, a ayer por la tarde… “el día de la marmota” Ahora parece que ya funciona Internet, lento, lentísimo, pero al menos algunos ya tenemos resuelto el siguiente paso de la comprobación vía internet de nuestro vehículo, ahora sólo faltan sellos, permisos y que nos dejen salir de una vez… Todo este tema de la comprobacion por Internet sólo afecta a los vehículos del Mongol Rally por el tema de que estos vehículos se van a quedar aquí y hay que hacer una importación legal para no tener problemas a la hora de salir del país. Bieeeeeeeeen, ya he pasado la frontetera de formar legal, y he llegado al primer pueblo grande (Oigill) estoy escribiendo ahora en una sala de internet del pueblo, no se si es gratis o no, el caso es que el wifi no funciona en mi netbook y me han dejado un ordenador, por eso hay letras que el solito las ha cambiado por signos mongoles, perdonar. Llegar hasta aqui son solo 100 km desde la frontera pero ya he tenido mi contacto con las pistas mongolas, contacto directo, como el Papa cuando llegaba a un nuevo pa’is y besaba el suelo, lo mismo, solo que yo espere 25 km para hacerlo, no nos paso nada ni a la Terra ni a mi. Esto es espectacular, que montanas, valles, nieves, tuve que subir un puerto con una sola pendiente, es decir la carretera no hacia curvas era una sola cuesta (supongo que un 20 por ciento de desnivel, la Terra en primera y segunda p’arriba. He parado en este pueblo porque el siguiente esta a 250 km y no estaba seguro de llegar hoy, asi que intentare ir haciendo etapas de pueblo en pueblo, supongo que el domingo llego a Ulan Bator, si no vuelven las nieves Saludos a todos y parece ser que ha merecido llegar hasta aquí, los próximos días lo comprobare, pero por lo visto esta mañana…

Os puedo poner unas fotos

 

 

18 Agosto

“Hoy es mi día de suerte” piensa Tarak

“Me llamo Tarak, soy mongol, tengo 25 años y conduzco un camión. Esta mañana he pinchazo, he quitado la rueda y cuando empezaba a desmontarla ha aparecido un hombre en una moto, tiene la piel casi tan oscura como yo y habla un idioma extraño, me dice que es de España, no sé exactamente donde queda esa tierra. Me ha dicho su nombre pero no lo recuerdo…

 

Me ayuda a desmontar la rueda, a arreglar el pinchazo, a montarla y a ponerla en el camión. El hombre que va en moto y habla extraño sabe bien como arreglar una rueda , me pregunto si en su tierra también conduce un camión como yo. Ha sido bueno conmigo, me ha ayudado y me ha dado cigarrillos que a mi se me habían acabado, busco en mi camión para darle algo por su ayuda, pero no tengo nada para darle…”

 

Esta mañana al poco de salir de Hovd me encontré a un camionero en problemas para desmontar la rueda pinchada, pensé “como no voy a parar a ayudar a este hombre, seguramente se quedará sorprendido por que le ayude y por que sepa como hacerlo”. Allí, junto a la pista, se me paso una hora ayudando a Tarak, una hora bien empleada…

He hecho unos 280 km, he empleado unas 11 horas contando la parada con Tarak, otras paradas para fotos y comer algo, más otra parada de más de media hora “platicando”con Iván, un mejicano que está dando una vuelta al mundo en una BMW 650 GS. Los dos nos alegramos mucho de encontrarnos y poder hablar en español, además resulta que hace un mes se había encontrado en Rusia con otros dos amigos míos, también moto-aventureros, que están de viaje hacia Japón.

El paisaje de Mongolia me tiene encantado, la primera parte del día ha sido espectacular, viajando entre montañas nevadas, el cielo con azul intenso, he tenido que vadear 3 ó riachuelos. Es un paisaje salvaje, inimaginable tanta belleza km tras km, y la suerte que el tiempo está soleado, hace fresco (no habré pasado de 20º) pero es normal, todo el día he estado viajando por entre los 1.800 y los 2.300 mts. La pista ha tenido algunos tramos duros, pero menos de lo que esperaba, ha habido tramos en los que se podía ir rápido (80 km/h). Desde luego que las pistas del desierto de Kazajastan están peor que aquí (al menos hasta ahora).

Me llamaron desde uno de los muchos “ger” (la casa desmontable de los nómadas) que he visto hoy, me acerqué, saludé y hablamos. Por aquí hay muchas motos chinas, son de 150 y 175 c.c, uno de los nómadas que tenía moto insistió en probar la Derbi, casi no me doy tiempo a decir nada y ya había metido primera…

Pase por Hovd y como era pronto (4 tarde) decidí continuar, sabiendo que no llegaría al siguiente pueblo (Altay) por lo que ya sabía que hoy me tocaba dormir en la tienda. Sobre las 7 ya iba buscando un sitio para acampar, al pasar junto a un río vi un “ger” y me acerqué para preguntar si podía acampar allí. Todo fueron atenciones hacia mi, me ayudaron a montar la tienda, y acto seguido me invitaron a entrar en su casa. Me presentaron ala familia. El “ger” es (o parece) muy confortable, tiene una estufa en un lado que les sirve de calefacción y cocina, la encienden con excrementos de los animales. Me invitaron a té (era como sopa) a pan y a una especie de empanada pero sin nada dentro. Nos hicimos fotos, reímos, les regalé una camiseta, colgadores de llaves y unas galletas. Me ofrecieron montar uno de sus caballos, pero eso no es lo mio…

Luego ya me he venido a mi tienda y casi ya no he cenado más, con lo suyo me ha bastado.

Mañana tengo que llegar a Altay, son unos 300 km, intentaré llegar a buena hora para poder actualizar la página.

 

 

19-Agosto

Hoy hay poco que contar, he llegado hasta Altai, han sido 380 km, pero 300 un poco complicados, la pista era con piedras unas veces, otras con arena, otras con mucho rizado (tejado uralita) y he tardado 10 horas en total. Además el paisaje ha sido un poco monotono, unas montañas a mi dcha, una llanura y mas montañas a mi izda, asi cientos de km…se me nota que hoy estoy cansado, es el primer dia que al acabar me he sentido así, pero bueno, ya queda poco, me quedan 2 dias más de pista y el domingo 450 kms de asfalto hasta Ulan Bator. Tendré mucho cuidado en estos últimos días, como se dice “hasta el rabo todo es toro”. Hoy casi no he hecho fotos, asi que os pongo la del aguila y los camellos y listo

 

 

20 Agosto

Estoy a punto de entrar en la parte norte del desierto del Gobi, creo que voy por la pista correcta pero por si acaso para en un “ger” a preguntar, como siempre todo son atenciones para mí, y me fijo en un dato que me va a resultar útil en lo sucesivo, todos los “ger´s” tienen la puerta orientada al este, da igual el paisaje que hay delante, siempre está hacia donde sale el sol.

Cada vez encuentro más arena en la pista, para los coches esto no es problema ya que la cantidad no es muy grande y no se quedan atascados, pero en una moto, y más con neumáticos mixtos, es más complicado el avanzar a una velocidad decente. Tengo dos avisos de caída, por lo que decido tomarme las cosas con más calma, no tengo ninguna prisa y tampoco tengo ganas de que en uno de estos bancos de arena se clave la rueda delantera, yo salga despedido hacia adelante, y al caer oiga como se rompe una de mis clavículas, no, desde luego que no son esa mis intenciones…

Como aquí hay multitud de pistas voy por una que hace tiempo que no veo ningún otro vehículo, me empiezo a mosquear aunque por el sol veo que llevo la dirección correcta. En una parada que hago veo a un km o así a mi dcha varios coches levantando nubes de polvo, supongo que aquella es la pista principal y que quizás esté mejor que la que yo llevo, así que decido “atrochar” e ir hacia ella. Sí es la principal, pero está tan mal o peor que la que yo llevaba…

Según el mapa tengo que encontrarme un río transversal a la pista, pero no le veo, tras una hora por fin llego a el, tiene más anchura que los otros que he vadeado, la gente me indica por donde es más fácil, incluso los niños cruzan a pie delante de mí. Vadearlo no tiene más problema que me tengo que ayudar con las piernas y me mojo de rodilla para abajo, es mejor esto, el mojarme, que la rueda delantera pise mal en una piedra y acabe en una caída.

Ya he decidido que esta noche acamparé en el desierto, se me hace tarde para llegar al siguiente pueblo y además me apetece dormir aquí en plena soledad, tengo bebida y alimento, no hace frío, así que me alejo unos 800 mt de la pista, monto la tienda, me preparo un bocadillo de jamón ibérico y a dormir.

 

 

21- Agosto

Hice bien en parar anoche aquí, hasta Bayankhongor he tardado unas 4 horas, las pistas siguen llenas de arena. A la salida de este pueblo he tenido que hacer otro vadeo, este no me lo esperaba, pero es que están en obras en la pista principal y no hay otro sitio por donde cruzar. Sigo adelante y no sé porque me da que no voy en el rumbo correcto, paro a una frgoneta local y le enseño el mapa y le pregunto por Arvaikheer, todo recto me dice, pero yo sigo con mis dudas, conecto el GPS y me indica el este a mi izda…Lo de preguntar a los locales suele dar buenos resultados, pero es que hay veces que el local no sabe leer, yo no sé pronunciar bien el nombre del siguiente pueblo y ya está el lío montado. Veo un “ger” y voy hacia el, tiene la puerta en la dirección que yo suponía y ya me indica el camino correcto.

Me quedan sólo unos 50 km de pista, luego ya es todo asfalto hasta Ulan Bator, de repente la Derbi se para, tranquilos y que no cunda el pánico, estoy en la pista principal y hay tráfico. Desmonto media moto, la avería es eléctrica, reviso conexiones, limpio, conecto, desconecto y ARRANCA y…se vuelve a parar, al menos arranca.

No quiero pasarme la noche en la pista junto a la moto, así que organizo un “rescate”. Como nadie habla inglés hago un dibujo con un camión con caja baja, mi moto, una flecha como si la moto saltara al camión y el nombre de Arvaikheer (siguiente pueblo), para una moto local (la solidaridad motera) se lo enseño e insiste en remolcarme con su moto, lo que me faltaba…al final se marcha y parece que se ocupará de enviarme una camioneta.

A la media hora aparece la camioneta justo como la he pedido, pequeña y con la caja baja para poder subir la moto. Me llevará hasta ese pueblo en unas 3 horas (50 $ cambian de bosillo) pero no es tan rápido, antes hay que parar en su poblado para preguntar de ger en ger si alguien necesita enviar algo hasta Arvaikheer. La familia también viaja, su mujer, un niño (o niña) de pecho (doy fe de ello ya que al menos 2 veces lo tomo durante el viaje) y otro niño/a de unos 6,7,8 años…El niño de pecho lleva colgado del cuello un frasco que un par de veces le echan un poco de agua, me explican que son una especie de sales y es para que no se mareé por el estado de la pista, joer!!haberlo dejado de casa.

Llegamos ya de noche, me dejan en un hotel y listo. Mañana organizaré el traslado hasta Ulan Bator.

 

 

22-Agosto

Contacto con un camión que saldrá hacia la capital a media mañana, va cargado con más cosas con lo que me sale más económico en relación al de ayer (80 $ por 450 km). Aquí, en Arvaikheer, la organización del M.Rally tiene un depósito para vehículos que no puedan continuar, pero me sabe mal dejar a la Derbi aquí, quiero llevarla hasta Ulan Bator.

Antes de que llegue el camión doy al botón de arranque y…otra vez arranca, pienso en anular todo y seguir en la moto, doy una vuelta de 2 km y al volver al hotel se para y otra vez que no arranca, está claro que es una mala conexión pero ¿dónde? No tengo ganas de volver a desmontar y ya estoy decidido, nos vamos en el camión.

Cargamos la moto y ahora hay que ir a casa del camionero ya que insiste en invitarme a desayunar, tomo la habitual leche de yegua y una especie de buñuelos que es pan. En el viaje nos van a acompañar el ayudante del conductor, su hermana y otro que no sé que relación tiene, pero como lleva “petate” imagino se quedará en Ulan B.

El viaje tiene varias paradas, en un río bajamos a mojarnos los pies (ritual?), luego paramos en un ger a comprar leche de yegua, al padre del camionero le gusta especialmente la de ese ger, veo que le echan cabezas de cerillas a la garrafa donde va la leche, me dicen que es para que se conserve mejor, ahora entiendo porque a veces cuando la he bebido, al acabarla, he visto unos puntos negros en el fondo del tazón, no pregunté nunca que era aquello por si acaso…Siguiente parada por reventón de una rueda, reventón de los de explosión y bandazos, luego nos cruzamos con un coche de algún conocido y nueva parada para saludar, otra más porque nos hemos quedado sin presión en el circuito de frenos…Después de 8 y media horas llegamos a Ulan B. sobre las 21 h. y dejamos la moto en el parking del M.Rally, (a estas horas todo el montaje de la línea de llegada ya está cerrado hasta el día siguiente) allí hay policía vigilando y se ofrecen a llevarme a un hotel, les pregunto si el Ulanbator está cercano y resulta estar a una calle. Es un 5 estrellas de los de verdad (me lo merezco), y tras negociar el precio y contar el tema del reportaje del viaje, el carné de prensa y demás consigo habitación por 60 $, precio de maravilla para como es el hotel.

 

 

23-Agosto

Y final del viaje, esta mañana ya he solucionado el tema de papeleo de la moto y esto se acabo. De Ulan Bator no os cuento nada porque poco hay que contar, tiene millón y algo de habitantes (la tercera parte de la población de Mongolia) y, como mi hotel está en pleno centro, paseando he visto lo que hay que ver, la plaza con la estatua de Gengis Khan, el parlamento, el museo nacional y poco más, la ciudad está un poco “manga por hombro”, aceras rotas, jardines secos, coches pitando continuamente y que no respetan los semáforos en verde para los peatones… y eso que estoy en el centro.

Ah y por último, iba a recoger los papeles de la moto y me cruzo con alguien que se para y me llama por mi nombre, pensé que sería alguien del M.R que hubiéramos coincido en algún lugar, al quitarse las gafas de sol ya le reconocí, es un primo de Conchi y su novia que están de viaje en el Transiberiano de Moscú a Pekín, el sabía que yo andaba por Mongolia…pero también es casualidad el habernos encontrado aquí.

He estado viajando 29 días, 12.500 km, he conocido a gente encantadora, me han ayudado, yo también he ayudado, me han invitado, he estado con gente de dinero y con gente de lo más humilde, me vienen a mi memoria montones de recuerdos, la carretera del paso de Mauria en los Dolomitas, la tarde por la carretera comarcal de Ucrania rodeado de campos de girasol y maíz, la pareja que me ayudo cerca de Astrakan cuando se rompió el cojinete, el ruso que había trabajado en Argelia y consiguió que nos cambiaran dinero en un pequeño pueblo, las gentes de “las casas del agua” en el desierto de Kazajastán, mis anfitriones en Almaty, la gente junto a la carretera que me dio sandías, tomates…el moto-aventurero australiano, los suecos, los rusos, Iván el mejicano, los moteros anónimos que no dudaron en emplear su tiempo para guiarme a través de cualquier ciudad, los nómadas que me invitaron a té, los que me abrieron no sólo la puerta de su “ger”, si no también la de su corazón, el mafioso de Semey que me invito a su hotel, la camarera de Usharal que me tomó como su protegido, los paisajes de los 3 primeros días en Mongolia, la tarde que me pasé en los montes de Altai en Rusia y cien mil recuerdos más que, sí en alguna medida, he podido compartir con todos vosotros resultarán bien empleadas las horas que he dedicado a actualizar este diario del viaje…

En definitiva HE VIAJADO y no me he limitado solamente a conducir, creo que debo ser el único participante del Mongo R. que ha hecho la mayor parte del recorrido en solitario, eso lleva sus riesgos pero las ventajas que ofrece a la hora de entrar en contacto con la gente son mucho mayores. Para algunos este viaje tenía el objetivo de llegar hasta Ulan B. a toda costa y en el menor tiempo posible, para mi el objetivo era volver a casa (desde donde fuera) contento y feliz por haber aprendido cosas, conocido lugares y culturas nuevas y, especialmente, hacer amigos por el camino, amistades que duran unos minutos, sí, pero que son más intensas que otras de años…y todo lo anterior lo he conseguido, vuelvo feliz y contento.

Y a todos los que me habéis leído, seguido y escrito algún mensaje, muchas gracias. Nos vemos ya en Alba de Tormes.

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